Franz Ferdinand es uno de los cabezas de cartel del Festival Fauna Primavera 2024, cerrando una de las noches y estando en el lineup a la misma altura que los Smashing Pumpkins. Más allá de los juicios, es innegable que Franz Ferdinand es de las bandas insignes del comienzo del milenio, incluso llegando a actuar en el Festival de Viña del Mar 2006 como uno de los números anglo más importantes de ese año.
A pesar de eso, el cuarteto de Glasgow ya no es la misma banda que tocó en la Quinta Vergara. Y es que desde esa visita mucha agua ha pasado bajo el puente: tres discos de estudio nuevos, un grandes éxitos y —lo más importante— la pérdida de dos de sus miembros originales: el guitarrista Nick McCarthy y el baterista Paul Thompson. Aunque, para ser justos, en 2018 ya se habían presentado en nuestro país sin McCarthy.
Pero este texto no busca ser una añoranza por los miembros originales, sino hablar sobre su tercer disco: Tonight: Franz Ferdinand (2009, Domino Records), el más extraño de su carrera y el punto de inflexión que convirtió a la famosa banda en una agrupación distinta, los Franz Ferdinand que conocemos hoy. Con lo bueno y lo malo que trae eso.
Una odisea de jarana nocturna
Es bastante seguro que cualquier persona que haya pasado su adolescencia o adultez temprana en los comienzos del milenio recordará lo importante que fue Franz Ferdinand en su momento. El video de ‘Take Me Out’ no paraba de sonar en los canales de música y la voz efusiva pero coqueta de Alex Kapranos era la respuesta necesaria para la seriedad de los indies gringos como Interpol o los Strokes.
Con sus dos primeros discos marcaron a una generación criada escuchando Radio Horizonte y Radio Zero, una generación que en ese momento se conocía como hipster y que digievolucionaron a los indies melomanitos de hoy. Tanto su álbum homónimo de 2004 como You Could Have It So Much Better de 2006 les dieron un impulso meteórico que incluso los llevó a telonear la gira de U2 que los trajo a Chile, y donde aprovecharon la parada para presentarse en el ya mencionado Festival de Viña del 2006.
Después de ese nivel de éxito, la banda debía dar el peligroso paso al tercer disco. Casi todos sus contemporáneos tuvieron problemas con sus terceros discos (el Humbug de Arctic Monkeys, el First Impressions of the Earth de los Strokes, el Our Love to Admire de Interpol) y Franz Ferdinand no fue la excepción. En una búsqueda por avanzar en su sonido, terminaron ocupando más teclado que antes, cajas de ritmo y comenzaron a componer canciones en base a largas improvisaciones. Una forma de composición muy distinta a la que estaban acostumbrados.
El resultado fue Tonight: Franz Ferdinand. Una fotografía de una banda en su peak creativo buscando expandir lo que podían lograr en el estudio sin dejar de sonar como ellos mismos. Los cuatro miembros originales terminaron levantando el sonido más interesante de ellos hasta el momento.
Fue la mejor de las épocas / Fue la peor de las épocas
La experimentación de la banda encontró eco en dos grandes singles: ‘Ulysses’ y ‘No You Girls’, dos canciones que hasta el día de hoy están en sus setlist. Más allá de eso, el disco no tuvo el recibimiento esperado. Los fans de la banda estuvieron divididos, mientras que la crítica fue poco entusiasta. Quizás la reseña más mala leche de esos tiempos es la de The Guardian, donde el periodista Dorian Lynskey cerró su texto con el siguiente párrafo:
Pero si la composición de Franz ahora es más amplia de lo que era, sigue sin ser profunda. Ahora suenan menos como que están tocando con su fortalezas y más como que admiten sus limitaciones; seguirán tratando de mover tus caderas porque saben que no pueden ganarse tu corazón. Esta noche [Tonight] está bien. Pero me seguirás amando mañana?
Al parecer, la búsqueda de un sonido más oscuro no fue del gusto de todo el mundo. Y eso se puede ver que en su siguiente disco, Right Thoughts, Right Words, Right Action (2013, Domino), que vuelve a un sonido más reconocible para los fans. En Tonight la idea de un álbum pseudo-conceptual que funcionaba como un viaje en una noche de fiesta era excelente, pero en su siguiente trabajo optaron por una forma más tradicional de estructura.
Pero no solo fue la crítica la que le quitó la energía a la banda. Como explicaron en esta entrevista, la gira de promoción de Tonight los dejó secos. McCarthy dice que terminó con depresión, mientras que Kapranos explica que fue un momento muy complicado en su vida por razones personales (The Guardian cree que es por culpa de una ruptura amorosa). El vocalista llega a decir que en 2011 pensó en separar a Franz Ferdinand.
Si Lynskey cerraba su reseña preguntando al aire si este disco se sostendría en el tiempo, es innegable que el resultado es el más interesante de la banda (algo que no es menos, en especial si pensamos que tienen una carrera que incluye un disco colaborativo con las leyendas del synth pop Sparks) y con los años, el mismo Kapranos lo ha reconocido. En entrevista con Vulture, el también guitarrista es consultado por cuál es el álbum que más le ha satisfecho creativamente. Su respuesta es la siguiente:
Es difícil. No puedo pensar en un disco que no fuera creativamente satisfactorio de escribir y grabar. Tiene que ser una pelea entre Always Ascending y Tonight. Es muy complicado elegir entre esos. Okay, voy a elegir Tonight. Realmente creo que en ese disco estaba explorando sonidos en una forma que nunca había hecho antes. Sentí que podíamos intentar lo que fuera y lo disfrutamos. Fuimos a todo tipo de lugares raros para hacerlo. Grabamos en un edificio – era un viejo ayuntamiento de Glasgow, que estaba semi abandonado y nosotros nos instalamos en varias de sus habitaciones. También había un teatro antiguo en el que grabamos usando la reverberación natural del edificio. Colgamos el micrófono y lo balanceamos para conseguir el efecto doppler. Grabamos algunas canciones en el sótano, que tenía este extraño sonido golpeado. Realmente intentamos muchas cosas ambiciosas con las estructuras de las canciones y nuestra forma de grabar.
Se siente como un álbum muy obsesivo. Recuerdo haber leído sobre la grabación de la obra maestra que es Trout Mask Replica de Captain Beefheart and his Magic Band de 1969, y lo absurdamente dentro de su propio mundo que estaban cuando hicieron ese disco. Siempre quise grabar un disco de esa forma, y así se sintió Tonight. No teníamos ventanas. No teníamos idea de qué estaba pasando afuera. Simplemente estábamos completamente absortos en la creación de la música, y amé eso. Completa indulgencia. Que genial ser capaz de hacer algo así en tu vida.
Un contexto global bailable
Entre las influencias que tiene el disco, la banda menciona bases dub del reggae jamaiquino e incluso hablan de música africana. Tanta fue la experimentación que según ellos mismos en ‘No You Girls’ ocuparon un esqueleto real humano para hacer percusiones. Por lo mismo, no es sorpresivo que Kapranos recuerde esta época como una de libertad creativa absoluta, en especial pensando que después vuelven a su sonido más tradicional, compacto y menos sorpresivo.
Todas esas influencias se pueden escuchar en el álbum, pero hay una referencia que sería criminal no acotar: LCD Soundsystem. Los estadounidenses liderados por James Murphy habían conseguido poner de moda un sonido bailable sin la necesidad de centrarse en las guitarras. Incluso, desde un momento muy temprano en su carrera se burlaban de las agrupaciones que vendían sus guitarras para buscar un sonido más de teclados y tornamesas, precisamente el mismo movimiento que Franz Ferdinand haría en Tonight.
Para el 2009, LCD Soundsystem ya era reconocido en el mainstream. En 2007 habían lanzado el seminal Sound of Silver, dejando clara la superioridad que tienen tanto en crear ritmos interesantes pero divertidos, como también para hacer letras lo suficientemente pensadas para ser una crítica social al mismo tiempo que funcionan de forma personal permitiendo reflejarse en ellas.
Puedo estar equivocado —ya que no he encontrado ninguna prueba explícita de esto— pero creo muy probable que en este disco Franz Ferdinand estuviera buscando seguir un camino más cercano al de la banda de James Murphy, después de todo, es una actitud que también tomaron los Yeah Yeah Yeahs en su también tercer disco, It’s Blitz! (también de 2009).
El problema es que aparentemente Franz Ferdinand no se sintió cómodo con el recibimiento que la gente le dio a su trabajo, mucho menos con la fama creciente y la gran carga de shows que tenía. Todo esto comenzó un efecto dominó que prosiguió con la vuelta a su sonido clásico en 2013; con la búsqueda músical de la mano de Sparks en 2015; la salida de McCarthy en 2016 donde dijo que quería hacer música completamente diferente y su último disco (Always Ascending de 2018); y finalizó con la salida del baterista Paul Thompson en 2021. No es difícil ver que en los quince años que han pasado desde el lanzamiento de Tonight, Franz Ferdinand ya no son los mismos, literal y metafóricamente.
Los críticos dicen que los nuevos miembros (Julian Corrie, Dino Bardot y Audrey Tai) les dan un necesario nuevo aire a la agrupación, y eso se pondrá a prueba el 9 de noviembre, cuando tengan la pesada tarea de cerrar un día de Fauna Primavera en un show que puede ser un viaje de nostalgia o una explosión de novedad.
En cualquier caso, eso es lo interesante de las bandas, verlas crecer y llegar a lugares novedosos. Pero es un poco imposible no detenerse a pensar ¿Qué hubiera sido de Franz Ferdinand si después de la fiesta que fue Tonight se hubieran ido al after? ¿Qué hubiera sido de Franz Ferdinand si hubieran seguido el camino de experimentación que abrieron con Tonight? Lamentablemente ya es muy tarde para responder esa pregunta, por el momento la banda sigue existiendo y girando por el mundo, pero es imposible quedarnos pensando en cómo sonarían en 2024 los Franz Ferdinand si hubieran abrazado el sonido comenzado en Tonight.