Search
Close this search box.

Gracias por tanto the pillows: el mejor álbum para homenajear a esta gran banda

the pillows separación
El trío japonés anunció el 31 de enero su separación, dejando un gran legado a lo largo de sus más de 35 años de carrera. Sin duda, uno de los discos por los que más se le recordará es Happy Bivouac, que si bien se popularizó gracias a una serie de OVAs, también merece espacio como una obra que se sabe valer por sí misma.

Por: Pablo “Alga” Rojas

El día que escribí esto se informó una de las noticias más tristes de la escena japonesa. the pillows (así, sin mayúsculas), uno de los exponentes más longevos del rock alternativo nipón —y una de mis bandas favoritas de la vida— anunció su separación después de un concierto que ahora será el último.

El trío, conformado por Yamanaka Sawao en voces y guitarra, Yoshiaki Manabe en guitarra líder y Shinichiro Sato en batería, fue fundado en 1989, y en sus primeros trabajos no lograban encontrar un rumbo, hasta la salida de quien fuera su bajista original, Kenji Ueda, en 1992. En 1997 se anotarían su primer gran acierto con Please Mr. Lostman, y de ahí se convertirían en una fuerza imparable.

Es un amanecer triste para todos los que nos consideramos sus fans. Por lo mismo, quería declarar mi amor público a uno de los mejores álbumes que he escuchado del país del sol naciente. Se trata de Happy Bivouac, su octavo trabajo lanzado en 1999 y que es parte importante de mi crecimiento personal tanto como periodista como también fanático de la música oriental.


Happy Bivouac, la obra maestra de the pillows


Conocí al grupo por el soundtrack de FLCL (Gainax Studio, 2000), que a todos nos llegó en algún momento. Particularmente fue FLCL Original Soundtrack No. 3 (2005) —el cual me pasó un amigo en un viejo CD lleno de música otaku— el que me hizo caer en amor con ellos, sobre todo gracias al tema ‘Last Dinosaur’.


El riff, esa línea de bajo, la fuerza de ese groove de batería. Todo. Esa canción es perfecta, fácilmente entre mis 100 canciones favoritas de la vida. No hay nada malo en esta, incluso el delivery vocal de Sawao le da una identidad única. Y quiero ser enfático, escuché el OST años antes de ver la serie, así que no asimilo el tema con ésta, sino como un himno de rock alternativo japonés puro y duro que se defiende solo.

Pero no es lo único. El tema de título parte como declaración de intensiones, con un groove que encuentro casi jazzístico, mientras que ‘CARNIVAL’ tiene ciertas reminiscencias a sus influencias más cercanas, como lo son Pixies, a quienes incluso le dedican una canción, especialmente a quien fuera su ex bajista: ‘KIM DEAL’.


Hay momentos más calmos, como ‘Our Love and Peace’, mientras el desenfreno llega en ese tremendo cierre que es ‘Advice’. El disco se siente fluido y la producción impecable. Sobre todo por cómo se destacan ambas guitarras, y esas líneas de bajo que van jugando en todas las canciones. Es tremendo el trabajo de Jun Suzuki, quien cabe recordar que fue su bajista de sesión durante años tras la salida de Ueda.

Este álbum en particular es una joya de principio a fin. Tiene de todo. Música que perfectamente podría ir en un animé, como lo que pasó con FLCL. Pero también hay canciones que puedes escuchar en un contexto separado y se siente como un destacado trabajo alternativo.


Otros recomendados si amaron Happy Bivouac


Si están buscando entrar al mundo de la banda, el paso obvio debería ser el soundtrack de FLCL, donde encontrarán otro pegajoso riff en ‘RIDE ON SHOOTING STAR’, una canción que se convirtió en ícono tanto de la banda como de la misma serie. Después de eso, obviamente debes ir a los discos.

Mis favoritos son Runners High (1999), otro tremendo trabajo de indie rock alternativo, con varios temas con riff sencillos, memorables y, sobre todo, tremendo groove de la base rítmica, una de las mejores piezas de esta banda, contando además con temazos como ‘Sad Sad Kiddie’, ‘No Self Control’ y el que pone título al álbum.

También está Little Busters (1998) y Thank You, My Twilight (2001), que también cuentan con hitazos, pero también deep cuts interesantes de explorar. Algunos aparecieron en la serie de ovas, pero otros son descubrimientos tremendos de riffs avasalladores y calculados tempos de batería.


Es un día triste, sin duda. Pero siempre podremos recordar el gran regalo que nos dejó the pillows. Happy Bivouac es su mejor producción, pero también puedes ir por toda la era dorada que fue desde 1997 al 2005 aproximadamente, donde todos sus discos eran excelsos.

Gracias por tanto the pillows… Y hasta que algún día los caminos se crucen para un posible regreso, o sencillamente la memoria de tu legado se nos quede para siempre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete al newsletter de

y forma parte de una comunidad que valora la honestidad, la autenticidad y la pasión por la cultura y las artes