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Eric Fox, ‘El Niño Asesino’: “Mi único sueño es llegar a WWE”

@kacevedo.foto Portada Eric Fox Entrevista
Es una de las figuras emergentes de la lucha libre chilena, ha sido campeón varias veces y se ha enfrentado a los más fuertes y preparados del país, como XL en la Cúpula del Parque O’Higgins. ¿Qué hace ambicionar a este joven de San Bernardo con la máxima cuna del wrestling mundial y perseverar en un camino tan desafiante como el que se recorre sobre la lona?

Por: Marcelo Salazar Medina

Foto de portada: @kacevedo.foto

No fue estrictamente por la televisión que Eric Fox se convirtió en un seguidor de la lucha libre. Sin duda que ésta tuvo un papel importante, así como nos ocurrió a muchos que nos cautivamos con este espectáculo gracias a la pantalla. Pero si tuviera que identificar el origen de su fanatismo, y lo que dio arranque a su prometedora carrera como luchador, él lo haría con una persona y un lugar: Su papá, Juan Pablo Rojas, y el Persa de los Morros en San Bernardo, la comuna en la que reside. 

Cuando tenía solo cinco o seis años, su padre lo llevó por primera vez a un local especial dedicado a la lucha libre, un pequeño rincón en ese mercado donde se podía respirar pasión por la WWE. Él sabe que es así porque cuando tenía ocho o nueve, o más bien la edad en que ya empezamos a recordar, esto no solo era un entretenimiento pasajero: Era un regocijo de su niñez. 

Prepararse y salir de casa, ir hacia ese mercado, recorrer los pasillos rápidamente, tenía su recompensa. Rings pequeños, figuras de acción, poleras, DVD, llaveros, posters, cinturones y muchas otras expresiones de merchandising en sus vitrinas. A sus ojos, un paraíso. El hecho de repetir esas visitas con su viejo —en una experiencia padre e hijo similar a traspasar el equipo de fútbol, el gusto musical, la profesión, incluso la ideología— se transformó en el panorama favorito del fin de semana. 

Volvían a su casa ubicada cerca del Hospital El Pino y de inmediato ponían en su dvd los eventos especiales recién comprados, los llamados Pay Per Views (PPV), mientras Eric acumulaba principalmente juguetes y accesorios en su pieza. Ese pequeño creció y hoy se lo conoce como “El Niño Asesino”, tiene 19 años y es considerado una de las promesas locales de la lucha libre. 

Cuando conversamos, un día caluroso de noviembre en el barrio alto de Santiago, Eric Fox recordó que lo único que soñaba de niño era poder balancearse entre las cuerdas —“correrlas”, me enseñó en jerga luchística— tal como los de WWE de esa época —John Cena, Triple H, CM Punk, The Undertaker, Randy Orton—. Lo otro que lo cautivaba era la forma en que estos luchadores ingresaban al ring. Estos primeros deseos fueron formando la base de lo que este sambernandino soñaba lograr: Convertirse él mismo en luchador. 

Desde chicos nos preguntan qué queremos ser cuando seamos grandes y la mayoría dice médico, ingeniero, dentista, veterinario, etc, o actor, cantante, futbolista, los más locos. Yo siempre dije que quería ser luchador, y mientras fui creciendo seguramente lo vi como impensado porque la verdad es que nunca pensé que podría cumplirlo. Mi único sueño en ese momento era poder subirme a un ring al menos una vez en mi vida”, me comenzó diciendo. 

A Eric Fox lo conocí en julio de 2022, un día que ambos debutamos en 5 Luchas Clandestino; Yo en el público, él como luchador. Me di cuenta mientras transcribía esta entrevista, tras un breve chequeo por internet. Era 15 de julio en Santiago y con mi amigo H conocimos este formato que reunía distintos tipos de lucha en algo así como dos horas, del que tanto se hablaba entre aficionados. Sumado a eso, era un viernes en la noche, prometiendo una gran manera de empezar el fin de semana. 

Yo solo conocía a dos luchadores y me dejé llevar por la propuesta de una empresa más de lucha libre en Santiago que sigue confirmando un nicho particular, digamos que extraño de Chile, en donde somos los mejores del vecindario, pese a ser pocos los que lo hacen y se sienten fanáticos. Ninguno de nuestros países vecinos, ni por logros ni disfrute, nos da la pelea. El mismo Sami Zayn, cuyas posturas políticas y profesionales ante el exterminio sirio y palestino lo hacen considerar un luchador, al menos, fundamentado y sin miedo a decir lo que piensa, este año volvió a proponer a Santiago para un evento premium de WWE por el nivel de nuestra fanaticada. “Una de las más reales del mundo”, como dijo. 

Eric Fox debutó en la “Bóveda Secreta” de 5 Luchas Clandestino en una lucha en parejas contra Owen y Axel, y de entrada hizo con su compañero Cris Santana que muchos nos pusiéramos a grabar. De fondo sonaba ‘ALMIGHTYde Lleflight y ellos sentados a lo indio, con los brazos cruzados y gritando hacia adelante como si explotaran por dentro. Serpentinas de colores caían sobre el ring desde el público. Los Bombas, los presentó la anunciadora, entre medio del mismo tipo de griterío de cuando se alega una falta o se hace un gol. 

Erix Fox Entrevista Texto 3 Foto: Claudia Reyes @lagrilloph
Foto: Claudia Reyes @lagrilloph

Ese día fue hermoso hermano. Me gustó mucho mi debut en Clandestino, nos recibieron pal pico de bacán jajajaja”, me escribió por WhatsApp al recordárselo. Esa vez lucharon bien, una dupla coordinada, fuerte y efusiva, que no escatimaba en gritos ni garabatos. Eric Fox sorprendió con su agilidad y con su resistencia ante los embates rivales, de igual modo que con su rodillazo como movimiento final. Estuvo reñido, me acuerdo que perdieron por poco. Ambos se retiraron abrazados y entre aplausos. 

A la batalla siguiente vi cómo Billy Rocka reventó un tubo fluorescente con su espalda y en la lucha anterior, vi a La Catalina, hoy en el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), quien venía de un paso por tres años en WWE bajo el nombre de Katrina Cortéz. Con H nos vinimos en el Uber recordando a Zatara, la primera chilena que participó de un PPV de WWE exclusivo de mujeres, quien hoy en día hace clases en la “Bóveda Secreta”, y por supuesto también a XL, el único hombre que —bajo el nombre de Alejando Saez—  ha llegado a la empresa más reconocida del mundo, a quien Eric Fox venció en Rey Clandestino 2024, el pasado 5 de octubre. El enfrentamiento más importante de su carrera, como bien nos explicará más adelante. 

***

Aprovechamos el tiempo libre que tenía Eric Fox un miércoles a la tarde en Las Condes. Él tenía que firmar un finiquito en uno de los tantos edificios cercanos al metro El Golf, así que quedamos en una cafetería de autoservicio cercana. Tras encontrarnos, comprar algo para beber y encender la grabadora, ninguno de los dos se fijó en el horario de cierre del lugar, sorprendentemente fijado a las 18:00 horas. 

Nuestra entrevista continuó mientras caminábamos hacia otro lado donde sentarnos y conversar mejor. Y fue en ese intertanto que me fijé en su humildad, en su personalidad calmada y respetuosa, en su conversación ingeniosa, su contextura y su cara de niño. Una muy diferente a la del ring, completamente alocada, arrebatada, bruta, de gritos e improperios seguidos. 

A sus 19 años, Eric Fox es una de las promesas más reconocidas y sobresalientes de la lucha libre chilena. Con un tipo de combate explosivo, vigoroso, al mismo tiempo técnico y por momentos extremo, cada uno de sus rivales tiene claro que se enfrenta a un contendor agresivo, golpeador y abrumador, capaz de aguantar el peor de los golpes con el fin de no parecer débil ni mucho menos tirar la toalla. 

Fue Campeón Absoluto de CLL (Chile Lucha Libre) y también en parejas con Santana de CLL, NGEN, LWA (Leader Wrestling Association) y OLL (Orden Lucha Libre). Los Bombas han recorrido Chile y se conocen desde 2018, en San Miguel. Con 13 años el joven Eric comenzó a entrenar en la academia de Atemista, uno de los luchadores más respetados de este suelo, hoy alejado de los rings tras acusaciones de abuso durante el #SpeakingOut de 2020. 

Todo fue desafiante desde un principio. “Uno no podía subirse al ring a la primera. Era una falta de respeto, no podías ni tocarlo. Estuve tres meses entrenando abajo, sudando e incluso sangrando en ciertas ocasiones, porque había que dedicar la vida para tener una oportunidad. Fue chocante, muy esforzado, pero al mismo tiempo me hizo pensar que me la estaba ganando de a poquito”, me declaró.

Y siguió. “Me acuerdo que llegué chiquitito. Yo medía 1,60 y algo, pesaba como 80 kilos, era gordito. Pero después de dos meses ya había bajado unos 20 kilos, por todo el ejercicio que estaba haciendo. Me pegué un estirón y mejoró mi autoestima, ya que junto con mi condición física, el proceso fortaleció mi seguridad y mi confianza”. 

En el pasado, Eric Fox se dedicó al fútbol. Jugó en los cadetes de Universidad de Chile durante tres años. Era delantero, rápido y encarador, así como Cristiano Ronaldo, aunque su ídolo siempre fue Lionel Messi. Pero como suele ocurrir en los equipos, hubo recorte de jugadores y él fue uno de los afectados. Lo comentó lentamente, tratando tal vez de alivianar los recuerdos de lo duro que eso terminó siendo. Y es que se quedó sin lo que le gustaba, lo que sumado a otras situaciones familiares le causó periodos de depresión. No quiso ahondar en ellos para esta entrevista. De lo que sí hablamos fue del destello que hizo la lucha libre entre sus sombras, mostrándose tan genuino como la fuerza de la gravedad.

***

Buscando con qué seguir rompiendo el hielo, en un momento le pregunté por la primera lucha que vio en su vida. Él no estaba muy claro de cuál fue específicamente, pero sin duda que debió haber sido una de las tantas entre John Cena y CM Punk por el campeonato de la WWE, cuyo llamativo diseño lo terminó haciendo un cinturón visual e históricamente revolucionario para la industria. 

Por respeto a la memoria de Eric —yo tampoco tengo clara la mía, solo sé que estaban The Hardy Boyz—, entiendo que no haya querido escarbar más, saber qué edad tenía, qué pugna fue y cómo ocurrió, quedándose con ese fervor de niño que maduró años después cuando vio por primera vez la WWE en vivo. Octubre de 2017, la visita de Smackdown de WWE al Movistar Arena. 

Fui con amigos que nos conocimos (sic) por grupos de Facebook. Fueron dos días seguidos, un sábado donde vino AJ Styles y al día siguiente, Triple H. Yo fui al primero y quedé loco, me dieron ganas de seguir viviendo esto. Yo sabía que existía CNL, con ellos supe que había lucha en Chile, y luego me enteré de otros lados como Revolución, una de las empresas más antiguas, o también de Legión, donde estaba Atemista”, me contó. 

Luego de eso Eric ganó dos tickets de un concurso de entradas para el evento Consagración IV, que reunía a lo mejor de las compañías Revolución y Legión, cuya presentación fue en el Teatro Novedades en el centro de Santiago. Esa vez el maint event fue Atemista contra Montoya. Un clásico de ese entonces, me afirmó. “Fue peleaza. Ahí yo quedé loco. Me dije aquí hay lucha. Es lo que yo quiero hacer”.

Hablamos de esto entremedio del relato de sus inicios como luchador, cuando el acondicionamiento físico poco a poco lo fue acercando a la lona. Una vez sobre el ring, ya estaba practicando llaves, movimientos, vuelos, hasta que prontamente su debut tocó a la puerta. Uno que definió como prematuro, a ocho meses de haber llegado. Fue a fines de 2018, antes de que él tuviera siquiera alguna buena razón que le indicase que sería un excelente peleador. Compañeros de esos tiempos pueden corroborarlo, varios hoy luchadores como Zack Over, Jyn Kyle, Chris Vector. Así partió “El Niño Asesino”. 

Eric Fox Texto 1 Foto: Carlos Argandoña @7empest
Foto: Carlos Argandoña @7empest

–¿Con quién peleaste para tu debut? 

–Contra dos compañeros que ahora no siguen luchando. Eran, por así decirlo, de mi generación. Cuando yo entré, lo hice con otros 30 más, y a los pocos meses de mi debut ya no seguía ninguno de ellos. Fui el único que quedó. 

–¿Y ganaste? 

–Sí, gané. Era una triple amenaza. Fue en una Expo Hobby de Maipú, en el estadio Santiago Bueras. Una exposición tipo Otaku con lucha libre. A los nuevos nos probaron ahí. Tengo un dato anecdótico y chistoso de esa lucha, porque estuvo Jay Lethal de público. Justo se encontraba en Chile. 

–¿En serio? 

–Sí, lo llevó Atemista. Me acuerdo perfectamente, estaba sentado en un tronquito de los primeros, comiéndose una empanada de camarón con queso. Nada malo que decir de él. Era una persona muy pulenta y cercana. Recuerdo que esa vez me lesioné. No fue tan grave, me quedó el tobillo resentido, fue porque no tenía zapatillas adecuadas. Ni siquiera un traje. Supe que iba a debutar una semana antes, no estaba preparado con nada.

–Siendo que llevabas tiempo entrenando…

–De hecho, luché con unas zapatillas así como éstas que llevo ahora, unas Nike lisas muy pesadas. Hice un moonsault y me pegué el látigo con el pie. Me lesioné, pero seguí peleando. Y cuando bajé el ring, el primero en acercarse fue Jay Lethal. Me preguntó cómo estaba, si me sentía bien, que me había visto. A la larga, él también es parte de la historia de mi debut. Jamás lo olvidaré. 

–Tenías 13 años, estabas en el colegio…

–Sí, en octavo básico… 

–¿Qué decía tu familia? 

–Nunca tuve problemas. Mi papá, sobre todo, siempre me apoyó. De hecho, ese 2018 en que empecé a entrenar y debuté, así como todo el 2019, mi vida era solamente lucha libre. Veía mucha en la televisión, era de lo que más hablaba en la mesa, y mi papá me acompañaba a todos los entrenamientos. 

–¿No le asustaba que te dedicaras a esto?

–Yo sentía que sí, pero no me lo decía. Igual era un poco peligroso yo siendo tan joven. Luchar es, de por sí, un acto que implica tu físico, y sobre todo, un montón de riesgos.

–Debe haber tenido aprehensiones. ¿Te las hacía saber? 

–Sí, pero no directamente. Los primeros meses, mi papá siempre estaba al lado mío. Me llevaba y me iba a buscar al entrenamiento, o se quedaba conmigo. Con mi profe se llevaban bien y se ponía a entrenar, porque como era en un gimnasio, hacía pesas y miraba lo que hacíamos nosotros. Yo creo que lo que le daba un poco de miedo es que yo era el más chico, en edad y en estatura, pero luego vio que todos adentro me cuidaban. A los 14 ó 15 años pensaban que era mayor de edad, por el cambio cuático que me pegué. Comencé a hacer pesas a los 13, saqué más espalda y crecí mucho, y a los 15 ya le sacaba la chucha a todos.

–¿Tienes más hermanos? 

–Sí, tengo una hermana mayor, orgullosa también. Y al igual que mi papá, me cuidaba. Con decirte que aprendió a manejar solo para ir a dejarme a los entrenamientos. 

–La dura… 

–Sí, es que veía que me lo estaba tomando muy en serio. Y aparte que como familia fue un logro de nosotros tres. 

–¿En el colegio te decían algo los compañeros? ¿O los profesores? 

–No por lo que hacía, pero me acuerdo que en octavo básico, cuando explotó todo, tenía varios amigos a los que les gustaba la lucha. Entonces, en los recreos o en los cambios de sala, juntábamos las mesas, las sillas y hacíamos sus peleas. Dejábamos la cagada, hermano. De repente teníamos 30 niños viendo cómo nos sacábamos la chucha. Era bacán. Y claro, después les conté a mis profesores y compañeros que yo estaba haciendo la lucha de forma más seria, entrenando. Muchos no me creían y pensaban que lo que yo hacía era como circo.

–Es que incluso en esa época no era tan común saber que había en Chile. Yo soy más viejo que tú, a los 13 años me encantaba la lucha libre, pero no tenía idea que aquí se practicaba, que había escuelas, mucho menos luchadores.

–Suponte, me acuerdo que ese mismo año Zatara fue convocada al torneo Mae Young Classic. Y antes había estado XL en la WWE. Eso para mí, a los 13 años, ya era suficiente motivo para decir que esta hueá sí se podía lograr. Imagínate, en esa época ya sabía que hubo dos chilenos, y los dos habían surgido de aquí, no de Estados Unidos, ni de México, ni de otro lado. Eran como yo. ¿Por qué entonces yo no podría ser luchador? 

***

Desde su debut, la conquista más importante de su carrera fue la que tuvo este año con XL en la Cúpula del Parque O’Higgins —a unos metros del Movistar Arena, donde vio por primera vez lucha libre en vivo—, la cual ganó por conteo de tres. Fue para Rey Clandestino 2024, cuyo objetivo principal fue premiar al mejor contendor del año, a partir de un torneo de clasificación que terminó ganando Zack Over, compañero de Eric Fox en la academia de Atemista. 

XL fue su primer ídolo, en quien se fijó para crecer. Siempre quiso reñirse con él y en su paso por Clandestino lo logró a punta de careos previos y un enfrentamiento entre ellos que terminó empatado porque se acabó el tiempo. Eric pidió cinco minutos más, XL se negó, y esta fue la revancha. En su memoria está grabado todo este feudo, como que hubiera ocurrido hace unas horas.

Eric Fox Texto 2 Foto: Jessi Sunshine @fotosunshine
Foto: Jessi Sunshine @fotosunshine

Subí mi exigencia, le metí 140 kilos en el entrenamiento, cuatro veces por semana, y después forcejeaba con quienes tenían ese peso para darle cara a XL. Yo cuando peleo siempre me levanto temprano, son los únicos días que lo hago a las cinco de la mañana porque no puedo seguir durmiendo. Pero con esa lucha dormí sólo dos horas en la noche. No pude más, ansiedad total, no dejaba de pensar en el momento”, me aseguró. 

Eric Fox se refirió a ese día como dificilísimo, ya que el combate vino cargado de semanas igualmente complejas. Y así como fue con su depresión, no quiso profundizar en otros asuntos difíciles que se pusieron en su camino —problemas personales ligados a su mamá, a quien nunca mencionó en esta entrevista—. Fueron cosas que lo terminaron afectando y que de alguna manera repercutieron en que esa noche no durmiera nada e hiciera tiempo mirando el techo, hasta que preparó sus cosas y se fue en el metro “hasta con fiebre. No había tomado agua, no había comido nada, estaba metido en la volada, escuchando música y contando los segundos para llegar al Parque O’Higgins”. 

No habló con nadie, ni siquiera con su polola, ya que le pidió que lo dejara lo más solo posible hasta llegar a la Cúpula. Estaba nervioso, pero una vez allí, llegó la confianza y todo fue emoción con sus compañeros. Lloraron juntos en más de alguna ocasión, “y lloré varias veces solo antes de salir porque no me lo creía. En un momento, a nada de salir al ring, pensé que no podía hacerlo porque las piernas no me daban, pero creo que fue de pura fatiga mental. Tenía una gran presión en mi cuerpo y en mi mente, fue bien difícil, pero después de salir de la cortina agarré todo lo que siempre doy en mis luchas”.

Esa vez Eric Fox cambió su tradicional vestimenta roja con detalles negros por un conjunto blanco tan brilloso como un helado de crema, con cruces de colores esparcidas en su short y polerón. Venía secundado por Cris Santana, su confidente y amigo. En Instagram acompañó una foto de su ingreso al ring con la frase “Porque lo soñé mil veces dentro de mi habitación”, que canta Bad Bunny en ‘<3’.

–¿La Cúpula ha sido tu escenario más grande?

–Fue la Quinta Vergara, cuando estuvimos haciendo una interacción con Pablo Chill-E. Un concierto donde había un ring al fondo del escenario y donde peleábamos simultáneamente. A todo esto, ahora que me acuerdo, fue un día cuático con XL porque conmigo iba a salir Lleflight. Yo entro al ring con su tema (‘ALMIGHTY’) y esa vez gestioné todo para su llegada. Habíamos hablado y se supone que iba a estar. Yo estaba con la presión de cambiarme y calentar, de juntarme con él y hacer las pruebas de sonido, pero no llegó. Hubo problemas con el manager, no se dio la cosa, y fue un bajón más cuático para mí. 

–¿Fue inesperado?

–Sí, estuve varios meses escuchando mi tema en la micro y pensando que salir con él sería la zorra, pero una hora antes del show me dijo que no podía. Yo había hablado más con el manager, pero Llefligth me pidió disculpas, que hubo una confusión, que no podía estar, etc. 

–Pero eso no impidió que tu victoria contra XL fuera la más importante de tu carrera.

–Sí, totalmente. Y aunque no nos conozcan con XL, siempre hay quienes nos encuentran parecidos. Muchos opinan lo mismo. En lo personal, siempre me inspiré en él, pero hay muchos luchadores y gente del medio que nos dicen que actuamos de la misma forma. En cómo somos personalmente, cómo luchamos, incluso cómo hablamos. Quizás siempre quise tener un estilo parecido, pero nunca copiando, o nunca tan a fondo. Fueron cosas que nacieron o que surgieron solas, después de tanto verlo luchar. Tuvimos una conexión especial. 

–¿Cómo reflexionas sobre haber ganado, ya pasado el tiempo?

–Tuve un vacío existencial después de esa lucha. Las dos semanas siguientes para mí fueron muy difíciles. Quizás no era la meta más importante, pero desde que partí mis objetivos eran ese y después llegar a la WWE. Y haber logrado lo primero tan rápido, como que me mató un poco las ganas. Ya me había dado vuelta el juego. ¿Qué hago ahora? 

–Lo considero noble, porque al final hiciste lo que te propusiste… 

–Claro, obviamente quiero seguir con mi carrera, no fue como que ya lo logré y no quiero hacer nada más. Siempre pensé que pasaría pero más adelante, aunque en Clandestino todos me decían que ya estaba preparado, le daba cara, tenía todo para hacerle frente. No fue porque el regalón quería. En Clandestino se respeta mucho que los lugares te los tienes que ganar. Y muchos me decían que me lo merecía con creces, quién más que yo para enfrentar a XL en Rey Clandestino 2024. Ahora pienso que quizás por algo me llegó este sueño tan rápido. Tal vez ahora debo apuntar a otras cosas más. 

***

–¿En qué nivel se encuentra la lucha libre chilena de hoy? Al menos para mí es la mejor latinoamericana, sin contar el mercado mexicano que discute de frentón con los gringos. 

–Para mí también. La lucha libre chilena es la mejor de Sudamérica. Y no solo nosotros lo pensamos así. Argentina, Perú, Brasil, Venezuela, Paraguay. Todos esos países están pendientes de nosotros. Ricky Marvin, con una trayectoria increíble, dijo que la cuna de la lucha libre está aquí porque es diferente. En México es mucho más fácil. Por ejemplo, hay 300 luchadores en una agrupación y 260 son iguales. Aquí está la diversidad, una garra que no tienen en todos lados y también la facilidad de contar historias que en otros lados se cambiarían por piruetas. 

–¿Qué otras cosas hacen que seamos una potencia, a tu juicio?

–La mezcla de estilos y entrenamientos que tenemos, provenientes de la lucha gringa, la mexicana y la japonesa. Lo que sin duda aportó fue que muchos chilenos salieron a otros lados. XL trajo conocimiento desde Estados Unidos, Guanchulo desde Japón, Zatara de Perú, Ricky Marvin de México. Tenemos todo tipo de cultura, de los mejores países, y de esa unión surge la lucha libre chilena, que tiene de todo. Historias, buenas peleas, luchadores voladores, técnicos, strong style, etc. Acá hay gente muy buena.

–Mi sueño es llegar a esas grandes ligas. En lo personal, me hace mucho la mente el qué va a pasar, y que los luchadores que yo veía cuando partí hoy me digan que soy el próximo, que siga dándole porque tengo las oportunidades, me come un poco la cabeza. A veces no puedo dormir porque es mi sueño. Es a lo que quiero apuntar y me pasa la cuenta. Trato de no desenfocarme, pero es un asunto más difícil aún en el mundo de la lucha. Si apoyar el fútbol cuesta en Chile, mucho más algo como esto. Eso también nos diferencia, la garra de aquí es más potente que en otros lados porque es más difícil. En Estados Unidos o México cada unas cuadras (sic) puedes encontrar una escuela de lucha. Acá eso no pasa, hay escasez de recursos, pero hay mucha garra y muchas ganas. 

–¿Cuál es tu sueño?

–Llegar a la WWE. Quizás no sea tanto mi estilo, pero llegando allá se te abren las puertas en todos lados. Todo el mundo sabe lo que es. Le preguntas a cualquiera y te responderá oh, John Cena. Pero le dices New Japan y seguro que no sabrá qué decirte. Ese es el bichito que tengo y me cuesta no desenfocarme, porque es mucha la presión. 

–¿Presión de lograrlo pronto? ¿Te proyectas en algunos años?

–La verdad es que cuando se dé. Soy fiel de que las cosas tienen que pasar (sic), pero mientras antes, mejor. Estoy tratando de madurar en ciertos puntos, me llegó la vida de adulto, hace un año y algo estaba en el colegio. Ahora que estoy más grande veo todo con otros ojos. También quiero estudiar, entonces se mezclan varias cosas, pero mi único sueño es llegar a WWE. 

–Sería bonito por tu carrera y porque volverías al inicio de todo. Empezaste comprando figuras y DVD en el persa, y luego eres uno de sus luchadores. 

–Con decirte que llegué a coleccionar como 150, 200 figuras de lucha libre. Toda mi pieza era WWE, y llegar a tener una figura mía sería una locura. Yo creo que todo tiene sus altos y bajos. Hay veces que no me dan ganas de seguir porque me he sacado la chucha por esto, he invertido tanta plata que quizás se me cierre la puerta y chao, pero no me quiero quedar con la sensación de que no lo intenté. Aparte, me queda harto tiempo, soy joven, hay que darle no más. 

–¿Qué has sacrificado por la lucha libre?

–Muchos momentos familiares. Mi paz mental, cuando no me quiero levantar a luchar o entrenar, pero lo hago igual. O dejar de lado cumpleaños, salidas con mi pareja. Todo esto te quita, pero te da otras cosas. Lo que más he perdido es el tiempo de vida personal. 

–¿Y vale la pena esta vida de luchador? 

–Sí…

–Porque para mí lo eres, por más que no recibas un sueldo fijo, o hagas otra cosa al mismo tiempo. 

–Muchos nos decimos lo mismo, de vivir la vida de luchador. Todos trabajamos en otros lados, nos sacamos la chucha, pero tratamos de creernos el cuento. No de ser unos hueones tontos o egocéntricos, sino de proyectarnos. Yo ahora estoy trabajando de peoneta, pero soy luchador. Lo otro es un escalón para lo que quiero a futuro. Y de repente me cuesta, pero sigo adelante porque la mente es poderosa. En mi pega todos me preguntan cómo me fue, o le cuentan a otros lo que hago. Ven mis videos y quedan para la cagada. 

–Entonces, ¿la lucha libre merece el esfuerzo? 

–Sí, vale la pena, totalmente. Yo siempre he sido de pensar en el bienestar de mi alrededor, pero también es bueno ser egoísta en el sentido de pensar en ti mismo. Y si esto me hace bien, hay que darle. La lucha libre me sacó de los peores días de mi vida y le debo harto. Me pasa con la gente que nos va a ver. De repente no me quiero levantar, pero leo un mensaje de que soy el mejor y me sube el ánimo. De que tuvieron unos días de mierda pero cuando me vieron pelear se pusieron felices, que les alegré el día, que gracias por la foto, etc. Eso también me da vida y motivos para seguir adelante.

Eric Fox Entrevista Texto 4 @jenniferconstanzaa
Foto: @jenniferconstanzaa

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